En una entrada anterior en este blog, publique lo que venia a ser una propuesta/reflexión sobre como conseguir ahorro en los bloques de edificios [ver aquí]
Hoy voy a hacer una “ampliación” a esa reflexión, y es porque antes de dejar que se vaya el agua por los desagües se le puede dar más usos y así cumplir la máxima de que para ahorrar lo mejor es no gastar.
En primer lugar debemos plantearnos los lugares en los que necesitamos agua y si esa agua que se necesita debe ser agua potable.
Esta idea ya la ha tenido Roca hace tiempo cuando sacó al mercado el 
inodoro con lavabo incluido. Esta idea es muy buena. Para el aseo personal necesitamos agua “limpia” pero en el inodoro el agua cae en cada descarga no necesariamente tiene que ser potable, puede ser la que hemos gastado en el lavabo.
Otro momento en el que desperdiciamos generalmente mucha agua es en el momento de la ducha. Concretamente la que sale desde que abrimos el grifo hasta que llega el agua caliente del calentador. Mucha gente que se ha dado cuenta de este desperdicio se dedica a llenar cubos que posteriormente usa para fregar suelos, regar plantas o darle cualquier otro uso para evitar que se vaya directamente por el desagüe sin pena ni gloria.
Además, volvemos a tener el mismo caso que con el lavabo, el agua que gastamos en el aclarado puede seguir sirviendo para el inodoro. Por supuesto que a todo esto se le puede añadir un pequeño filtrado, o decantaciones etc… Esto es solo una propuesta, un pensamiento de actuación y de cambio en el que hay que profundizar.
A parte del baño/aseo la otra instancia de las viviendas donde se usa agua es en la cocinas. Aquí también gastamos agua con el lavavajillas y lavadora. ¿Este agua se puede reutilizar para otras funciones? Es la pregunta que debemos hacernos y la respuesta debe ser que si. Quizás con un pequeño filtrado y escogiendo solo el agua de parte del ciclo de limpieza que realizan estos electrodomésticos se puede reutilizar ese agua para riego.
Estos pequeños detalles que estamos pasando por alto en nuestro día a día son los que nos indican que siempre podemos hacer algo más por nuestro entorno y por reducir la necesidad de explotar los recursos naturales. Simplemente hay que prestar más atención a lo que ya usamos y pensar si se puede conseguir darle un segundo uso. Estos cambios los puede hacer cualquier persona, de hecho ya hay mucha gente que utiliza estos “truquillos” para ahorrar en la factura de agua de su casa. Cada uno pagamos el agua que entra en casa, pero en ningún momento nos obligan a que solo le podamos dar un uso.
Yo pienso que los responsables de crear “avance” en el mundo de la arquitectura deberían pararse de vez en cuando a contemplar el mundo que les rodea e intentar solucionar incógnitas cotidianas antes de pensar como construir con nuevos materiales o desarrollar formas futuristas para viviendas que no van a pasar de unos planos o con suerte se ejecutarán por capricho de algún adinerado.
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